El ejército dispara, y uno de los testigos de ese momento, fue Pedro. Esta era una de las historias que yo le escuchaba, su participación como testigo
(del trágico 9 de junio de 1954 en las puertas de la Universidad Nacional)
Yo pienso que fue por terco que se puso a fingir que se le olvidaba todo, y por orgulloso, porque no quería aceptar que lo que pasaba era que quería lo contrario, recuperar cosas del pasado , amigos y dineros, pero olvidando los enemigos y lo malo. Entonces un día me soltó que no tenía ni idea de que yo tuviera hermanos. Yo le presenté, o mejor dicho le representé a mis hermanos Juan y Pedro, y así fue que se reconciliaron, que Manrique se hizo el que nunca antes los había visto. De paso yo perdoné a Juan y él a mí, feliz de que la vida pudiera ser como antes.
En efecto, en 1954 Pedro olvidó o fingió olvidar todo lo que había vivido desde 1952. Ese mismo año encontró por fin un medio de subsistencia.



















Fragmentos de Yososu y Un tigre de papel.